Una hora antes de tomar el ferry que me iba a llevar de vuelta «a la isla grande», estuve deambulando por los callejones Carlofortinos, siguiendo su camino hasta la parte más alta del pueblo.
Antes de eso, sólo había visitado la parte superior en verano.
Ya sea verano o invierno, siempre siento la misma sensación de calidez cuando estoy en Carloforte.
El aire todavía fresco lo siento agradable en la cara, lo que me recuerda que ya el invierno está llegando a su fin y mientras, subo y bajo por las calles estrechas para tomar imágenes que reflejan la vida cotidiana de un lugar que me gusta especialmente y que me gusta ir conociendo más y más profundamente.
Hay una pequeña iglesia en la cima. Es la iglesia de los Novelli Innocenti y está dedica a los jóvenes peregrinos que el año 1200 naufragaron en la costa de la isla, mientras trataban de llegar a Tierra Santa.
La iglesia fue durante mucho tiempo el único lugar de culto de los Tabarchini que se trasladaron a la isla en 1738. Fue restaurada en 1796 por la familia Porcile. Dentro de la iglesia están los restos de Vittorio Porcile, el gran navegante, que en 1793, junto con su comandante Dominic Millelire, derrotó a los franceses en la batalla de La Maddalena. Por desgracia, la iglesia no pude visitarla en el interior porque estaba cerrada; pero como siempre digo en estas situaciones.. será una buena excusa para volver.
El viaje de regreso lo pasé pensando en la figura de Vittorio Porcile; Almirante carlofortino, nacido de la unión entre el conde Sant’Antioco Giovanni Porcile y Elisabetta Tagliafico, que obtuvo numerosos éxitos militares y nunca sufrió una derrota y defendió con verdadera audacia a Cerdeña de varios ataques externos. La misma batalla de La Maddalena es recordada como una victoria importante sobre todo porque entre los comandantes franceses, había un joven ambicioso llamado Napoleón Bonaparte.
La figura de Vittorio Porcile, en mi opinión, debe ser valorada más por los sardos, incluso en comparación con la de Giuseppe Garibaldi, que llegó por casualidad a Caprera (la hermosa isla del archipiélago de La Maddalena) durante el período de su exilio voluntario, y donde volvió a instalarse de forma permanente en 1855. hasta qué murió allí también 1882.
Pero a partir de Caprera, esa pequeña isla donde se convirtió en su único habitante y «propietario» en 1860, siempre miró hacia el este, a otras tierras conquistadas como Córcega que era francesa.
Aquí pues, divertida, pienso en cómo sería la historia si batalla que tuvo lugar en 1793 hubería terminado en favor de los franceses: que sería los sardos? Hablaríamos francés como lengua oficial? tal vez seriamos primos unidos a los corsos y hubiéramos luchado con más determinación por la independencia de nuestro pueblo …? Y, sobre todo, me pregunto: Garibaldi habría conocido alguna vez Cerdeña … ???? !!!!
Hasta pronto Carloforte.