El fuerte viento siroco no nos impidió pasar un hermoso día de trekking o senderismo en la zona de Nebida. Nebida es parte de la costa suroeste de Cerdeña, y la localidad donde se encuentra el famoso Pan di Zucchero (Pan de Azúcar), el imponente acantilado de piedra caliza situado frente a las famosas minas de Porto Flavia.
Se llama la Costa Verde de Cerdeña, por su naturaleza salvaje, con largas playas y numerosas calas que bordean la zona, y que hacen que sea aún más impresionante, el cuadro completo y en su perfección, al situar la vista en la gran roca. La playa de plag’e mesu (spiaggia di mezzo = playa del medio) fue nuestro punto de partida. Se llama así porque está situada justo en el medio de Funtanamare y Porto Paglia; y de hecho, la playa es solo una, pero al ser tan extensa, por conveniencia se ha dividido con diferentes nombres. Después de aparcar el coche en la zona principal, comenzamos nuestra caminata hacia Funtanamare. El tramo para llegar al final de la playa fue muy agotador. Aunque el trayecto previsto era sólo de 4 km, a causa del fuerte viento, cada paso parecía el triple. Para evitar los fuertes vientos acompañados de arena hiriente, tuve que parar varias veces y esperar a que pasara la oleada. Al final, fuimos capaces de reanudar la marcha a refugio del viento bajo las rocas que separan la playa del paseo marítimo. Una vez que nos pasó el mareo, empezamos la subida a lo largo del estrecho camino que bordea la costa y mientras ascendíamos, el espectáculo comenzaba detrás de nosotros: el mar, con todos los matices de azul, que parecía de terciopelo movido por el viento, las olas que se creaban no eran definidas pero levantaban una ligera espuma blanca que corría a lo largo de la superficie; y la vegetación de color verde intenso se interrumpe repentinamente para dar espacio a los blancos acantilados de las rocas. Y después al fondo, siempre frente a mis ojos, estaba el Pan di Zucchero. Por lo general, en Cerdeña, el viento más común es el mistral, pero este año, por el contrario, ha habido muchos días de fuerte siroco. Hubiéramos sin duda caminado más si no fuera por este viento y seguramente hubiéramos llegado hasta las minas abandonadas desde hace tantos años, y que han mantenido, sin embargo, un encanto increíble. Los lavaderos son de color rojo, y sus paredes están manchadas cerussite y pirita. La ubicación del lavadero de La Marmora es particular, sobre todo porque se encuentra sobre el mar: el porque de su posición era para facilitar el acoplamiento de bastidores, es decir, de los veleros que se cargaban de minerales y que eran transportados hasta donde Carlofrote, donde se encontraba una estructura de almacenamiento de esfalerita (el mineral del que se extrae el zinc). El lavadero data de 1897 y fue abandonado en los años 30. En el pasado hubo clasificadores o máquinas destinadas a la separación de minerales que seleccionaban y lavaban los minerales extraídos. Por desgracia, el lavadero se cae a pedazos: el fuerte deterioro es debido al clima pero sobre todo por el abandono del hombre, incapaz de preservar este patrimonio, y que están haciendo que la estructura se someta a varias fallas y colapsos. Como ya he dicho, nuestro camino se detuvo antes de llegar a la lavandería. Aunque los kilómetros fueran pocos, el fuerte viento nos impidió continuar. Abandonamos el camino de ronda y salimos para reincorporarnos a la carretera asfaltada. Y volvimos hasta la playa, y al abrigo del viento disfrutamos de nuestro almuerzo. De nuevo en el camino de vuelta, cruzamos la playa sólo en la última parte, porque para variar, decidimos caminar por la senda paralela a la playa hacia el interior. Esta trayectoria nos permitió ver las magníficas dunas de arena de la que brotan los Drosanthemum, unas particulares y suculentas plantas llamadas comúnmente «barbas de Júpiter», que encuentran su hábitat natural en lugares arenosos y secos con mayor frecuencia. Nuestro paseo terminó poco después. A la vuelta me detuve varias veces para mirar el fascinante juego de luz que dan estos días de primavera. No me canso de repetir lo importante que es preservar y defender esta maravillosa y frágil naturaleza; desafortunadamente también hay muchos detalles negativos cuando se va a lugares cercanos al mar. Hay que ser cada vez más conscientes de la cantidad de plástico que hay en el mar y en las playas, transportados por las corrientes y/ o abandonados por la gente. Hay que dar cuenta de la poca información que existe todavía hacia la comunidad y cuántas podrían ser las iniciativas de protección del medio ambiente, con la participación de los ciudadanos para la mejora del patrimonio único que tenemos. Cuando pienso en estas cosas, disfruto de cada instante que me permite vivir estos momentos maravillosos y en mi corazón espero que en el futuro sean muchas las generaciones que puedan disfrutar de todo esto. Situación: https://www.google.es/maps/place/Passeggiata panoramica di Nebida Wikiloc: https://it.wikiloc.com/wikiloc/view.do?id=16391098